El presidente de Ecuador, Rafael Correa, advirtió el miércoles sobre la existencia de una clara estrategia derechista que intenta “contrarrestar a los gobiernos progresistas” de la región, y subrayó que la mejor respuesta contra dicha arremetida es la unidad.
“Acá es claramente por contrarrestar a los gobiernos progresistas de nuestra América que están tratando de cambiar las cosas, no hay como ocultar el sol con un dedo, son parámetros que se repiten en diferentes países con gobiernos progresistas”, alertó Correa en una conferencia de prensa en la ciudad de Quito (la capital).
Asimismo, detalló que entre los elementos de la estrategia están la movilización permanente, crear incidentes, el desafío abierto a las leyes, además de una permanente guerra psicológica (por los medios de comunicación) y económica. “Hay patrones de comportamiento que no son casuales”, afirmó.
Sin identificar el origen de estas pretensiones desestabilizadoras, Correa comentó que se utilizan las estrategias similares y que los actores políticos que las promueven “están en contacto”, para articularse a nivel nacional e internacional.
Por otra parte, el dignatario ecuatoriano consideró a la unidad como la mejor respuesta para hacer frente a los intentos desestabilizadores y llamó a la unidad de los gobiernos progresistas de la región.
“Así como la derecha, los grupos reaccionarios, las élites se están uniendo para la restauración conservadora, para la rebelión burguesa, para defender la libertad, los derechos humanos, la democracia, ´su libertad’, ‘sus’ derechos humanos, 'su' concepto de democracia, así también nosotros debemos unirnos”, recalcó.
Para Correa, otro aspecto que servirá para contrarrestar esta desestabilización es la eficacia y en este sentido criticó que uno de los mayores problemas de la izquierda latinoamericana es que “habló mucho de injusticia y habló poco de eficiencia”.
A continuación, el mandatario de Ecuador se refirió a los medios de comunicación de la derecha y de la élite, como uno de los actores principales en esta estrategia de desestabilización regional, calificándolos de “la espina dorsal” de los poderes que han dominado la región.
“El poder mediático está en la espina dorsal, en la base del poder que ha dominado América Latina; si queremos verdaderos cambios en América Latina, tendrá que cambiar ese poder mediático para el bien común, para que informe, no para que manipule, para que los periodistas cumplan su papel de periodistas y no de politiqueros disfrazados de periodistas”, concluyó.
Según expertos, la estrategia de comunicación política, aplicada por la derecha en contra de los gobiernos progresistas de América Latina, incluidos Brasil, Venezuela, Argentina, Bolivia y Ecuador, tiene detrás el financiamiento norteamericano, puesto que dichos países decidieron no seguir arrodillados ante un poder que se creía hegemónico.
Al respecto, el pasado 12 de febrero el Gobierno de Caracas anunció el desmantelamiento de un atentado golpista, orquestado desde Washington, y para ello, presentó pruebas de un plan magnicida de la derecha contra el presidente Nicolás Maduro, además de denunciar acciones violentas contra instalaciones estatales del país bolivariano.
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